Lejos de quedarse envuelta en un mar de lamentos por declararse en bancarrota, la ciudad estadounidense inició una etapa de resurgimiento al tomar un giro innovador que le permitió transformarse en un polo de sustentabilidad que se sirve de infraestructuras y tecnología, desarrollando un próspero centro de innovación que ofrece innumerables servicios tecnológicos
Lejos de quedarse envuelta en un mar de lamentos por declararse en
bancarrota, la ciudad estadounidense inició una etapa de resurgimiento al tomar un
giro innovador que le permitió transformarse en un polo de sustentabilidad que
se sirve de infraestructuras y tecnología, desarrollando un próspero centro de
innovación que ofrece innumerables servicios tecnológicos.
Detroit, ubicada al norte de los Estados Unidos y cerca del límite con
Canadá, fue una de las ciudades más prósperas de ese país durante buena parte
del siglo XX, basada en su potente industria manufacturera donde se destacó el
sector automotriz. Sin embargo, una serie de factores internos y externos la
llevaron a una profunda crisis desde la década de 1970, tocando su punto más
bajo cuando las autoridades la declararon en bancarrota en 2013.
No obstante, lejos de quedarse envuelta en un mar de lamentos, sus
empresarios y autoridades consiguieron brindarle un resurgimiento y en el
transcurso de los últimos años tomó un giro innovador que le permitió
transformarse en una Smart City, una ciudad que prioriza la sustentabilidad y
se sirven de infraestructuras, innovación y tecnología, desarrollando un
próspero centro de innovación que ofrece innumerables servicios tecnológicos.
La potencia innovadora de Detroit se basa actualmente en el desarrollo
de vehículos autónomos de Google y Ford, cámaras de reconocimiento facial,
avances en logística y nuevos proyectos tecnológicos. Además, recupera el
esplendor que supo ostentar cuando fue el centro mundial de la industria
automotriz y base de empresas como General Motos, Ford Motor Company y Chrysler.
En ese sentido, compañías de diversos sectores como salud, defensa,
industria aeroespacial, tecnología y logística se instalan en Detroit debido a
la oferta tecnológica e infraestructura de servicios que brinda, sumado a un
bajo costo de vida para el promedio americano.
Existen grandes posibilidades de inversión en el mercado inmobiliario,
por el aumento en la demanda de mano de obra calificada en los diversos
sectores. Además, el último impulso a la ciudad llegó de la mano del presidente
estadounidense Donald Trump debido a sus políticas conservadoras y
proteccionistas. Por ejemplo, cuando Ford estaba por irse a México, Trump
interfirió y envió a la firma a Detroit para que obtuviera los mismos
beneficios.
Otro factor fue que existen también una presencia muy fuerte de empresas
tecnológicas en esa ciudad. Google, LinkedIn y WeWork. Hay negocios de
Amazon y otras firmas como Alibaba y AliExpress, que en los próximos 5 años
pretenden tener la misma presencia que en Asia, con una base central en Detroit.